jueves, 13 de diciembre de 2007

¨Decálogo del Maestro de Lengua Castellana¨



Por: Oscar Iván Londoño Zapata*
Egresado del programa Licenciatura en Lengua Castellana.
Universidad del Tolima.
Miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso, (ALED).



¿Qué significa ser hoy maestro(a) de lengua? Es uno de los interrogantes centrales del quehacer pedagógico y de la formación disciplinar del docente de lengua castellana. ¿Ser repetidor de teorías? ¿Ser constructor activo de conocimiento? ¿Ser formador de pequeños lingüistas? Las opciones son múltiples y se estructuran conforme la formación y las concepciones de los mismos docentes. Es por ello que presento a continuación diez aspectos importantes que desde mí perspectiva debe cumplir, en la medida de lo posible, el y la docente de lengua castellana:
Ser especialista en la disciplina. Es fundamental que el docente de lengua castellana sea especialista en la disciplina, pues en varias ocasiones se delega la enseñanza-aprendizaje de la lengua a docentes formados en otras áreas del conocimiento, lo que genera serias problemáticas en la praxis pedagógica y disciplinar debido a que no poseen las competencias necesarias para orientar la enseñanza-aprendizaje de la lengua. Pese a sus buenas intenciones y a los cursos intensivos que la mayoría de las veces autodesarrollan no pueden cumplir los fines centrales de este proceso.
Sentir pasión por su quehacer pedagógico, didáctico y disciplinar. El ser especialista en el saber no garantiza del todo una apropiada praxis pedagógica y disciplinar. Se necesita sentir pasión y entrega por el quehacer educativo, pasión por la disciplina.
Desarrollar procesos constantes de actualización y reconceptualización pedagógica y disciplinar. Considerar que la sola formación de pregrado es suficiente para adquirir una actualización disciplinar duradera es una visión un tanto reducida. Se hace necesario que el docente de lengua castellana sea lector activo de los nuevos adelantos en los estudios de la lengua y el lenguaje. De la misma forma, los posgrados en líneas específicas: Lingüística, Estudios del Discurso, Pedagogía de la Lengua, entre otros, resultan ser una buena opción para reconceptualizar las visiones pedagógicas, didácticas y disciplinares.
Desarrollar procesos constantes de investigación. Es fundamental que el docente de lengua realice procesos de investigación en las líneas particulares de los estudios del lenguaje y la lengua: Sociolingüística, Análisis del Discurso (AD), Análisis Crítico del Discurso (ACD), Competencias Comunicativas, Semiótica, Etnolingüística, Medios de Comunicación, entre otras; de esta forma, podrá construir sus propios modelos de análisis orientados a la interpretación de los fenómenos del lenguaje y su relación con la educación.
Dar a conocer sus experiencias en la construcción del conocimiento a través de publicaciones, proyectos de investigación y ponencias en diferentes medios y eventos. Los docentes deben buscar los medios mediante los cuales puedan dar a conocer sus experiencias pedagógicas e investigativas, así como sus reflexiones y argumentos sobre los fenómenos del lenguaje y las relaciones que éstos establecen con la enseñanza y el aprendizaje. El superar los límites de la localidad hace que los docentes elaboren un panorama general sobre el estado del arte en los estudios de la lengua, lo que les permite evaluar sus alcances en la praxis disciplinar y pedagógica, de ahí la importancia de la participación, como asistente o ponente, en eventos nacionales, mismos que facilitan, a su vez, la retroalimentación académica y el trabajo entre pares.
Construir su quehacer educativo a partir de modelos pedagógicos libertarios y antiautoritarios. Sin duda, un proceso educativo realizado desde una enseñanza tradicional no permite el aprendizaje significativo, autónomo y crítico de los y las estudiantes. Es por ello que resulta indispensable que el docente de lengua castellana desarrolle su praxis pedagógica y académica desde enfoques progresistas, libertarios, democráticos y antiautoritarios.
Identificar en forma clara los propósitos a desarrollar teniendo como base las necesidades e intereses de los y las estudiantes. El sujeto central del proceso educativo debe ser el estudiante; por tal motivo, es necesario que la praxis pedagógica y disciplinar se construya a partir de sus intereses y necesidades: ¿Sobre qué temas les gusta leer y escribir?, ¿Cuáles son las actividades que más realizan?, ¿Qué es lo que más les apasiona? Conocidos los intereses de los estudiantes, el docente debe integrarlos a las necesidades académicas, de tal manera que pueda enseñar un determinado tema recurriendo a algún aspecto de interés para el estudiante; así, por ejemplo, el docente puede enseñar las macrorreglas a través de un texto sobre el rock, el pop o el fútbol.
Desarrollar la interdisciplinariedad. El trabajo por proyectos que articula diferentes áreas del conocimiento resulta ser una estrategia didáctica relevante para el desarrollo de la interdisciplinariedad de la lengua castellana. Por tanto, con asignaturas como: Ciencias Sociales, Democracia, Ciencias Naturales, Ética, Filosofía, entre otras, se podrían construir proyectos cuyo eje transversal sea la enseñanza-aprendizaje de los procesos comunicativos.
Orientar el desarrollo del pensamiento complejo y crítico en los y las estudiantes. La formación de escolares críticos, reflexivos y autónomos debe ser una de las metas centrales de la clase de lengua castellana. Estudiantes que duden de los conocimientos absolutos y afirmativos, y que argumenten sus propias posturas e ideologías críticas mediante el análisis y la teoría.
Establecer compromisos éticos y solidarios con las diferentes problemáticas de la comunidad y la sociedad en general. Es la función social que el docente de lengua castellana debe desarrollar en su comunidad.
El anterior decálogo no pretende agotar la reflexión sobre la docencia de la lengua castellana, pues, como fenómeno social y cultural, es un proceso complejo en constante transformación y evolución. No obstante, el docente debe seguir reflexionando la pregunta: ¿Qué significa ser hoy maestro(a) de lengua?

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